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Enfermedades oculares


   07/05/2025


Blefaroconjuntivitis: Qué es, causas, tratamiento y prevención



Si has notado enrojecimiento persistente en los ojos, molestias en los párpados o secreciones al despertar, podrías estar ante un caso de blefaroconjuntivitis. Esta afección ocular, aunque frecuente, a menudo se subestima. En este post te explicamos de forma clara qué es, cómo identificarla, por qué aparece y, lo más importante, cómo tratarla y prevenirla. Sigue leyendo para entender por qué es esencial acudir al oftalmólogo ante cualquier signo ocular anómalo.

 

¿Qué es la blefaroconjuntivitis?

 

La blefaroconjuntivitis es una inflamación combinada de los párpados (blefaritis) y de la conjuntiva (conjuntivitis), que suele afectar simultáneamente a ambas estructuras. Es una enfermedad crónica o recurrente que puede provocar molestias importantes si no se controla adecuadamente.

 

Es más frecuente en personas mayores que en jóvenes. Esto se debe a que, con la edad, se produce una disfunción progresiva de las glándulas de Meibomio, responsables de secretar el componente lipídico de la película lagrimal. Esta alteración favorece la sequedad ocular, la acumulación de grasa en los márgenes palpebrales y, con ello, la proliferación de bacterias e inflamación.

 

La edad, por tanto, no solo predispone a la aparición de la enfermedad, sino que también complica su manejo si no se trata a tiempo.

 

¿Cómo saber si tengo blefaroconjuntivitis? 

 

Los síntomas más comunes son:

 

  • Ojos rojos y con sensación de arenilla o cuerpo extraño.
  • Inflamación y enrojecimiento de los párpados.
  • Picor, escozor y molestias oculares persistentes.
  • Lagrimeo o sequedad, a veces alternando ambos.
  • Fotofobia leve.
  • Secreciones mucosas, sobre todo al despertar.
  • Pestañas caídas o alteradas (retorcidas, más débiles).

 

También es habitual que los síntomas empeoren por la mañana o tras pasar mucho tiempo frente a pantallas, por la disminución del parpadeo.

 

¿Cuáles son las causas de la blefaroconjuntivitis?

 

Las causas pueden ser múltiples y combinadas:

 

  • Infecciones bacterianas, especialmente por Staphylococcus.
  • Disfunción de las glándulas de Meibomio (DGM), que altera la estabilidad de la lágrima.
  • Dermatitis seborreica o rosácea ocular.
  • Reacciones alérgicas o hipersensibilidad a cosméticos, polvo, polen o fármacos.
  • Presencia de parásitos como Demodex folliculorum, que habita en los folículos pilosos.
  • Uso de lentes de contacto prolongado o con higiene deficiente.

 

La blefaroconjuntivitis puede estar causada tanto por un desequilibrio del entorno ocular como por enfermedades sistémicas que afectan indirectamente a los ojos.

 

Factores de riesgo habituales

 

Entre los principales factores de riesgo se encuentran:

 

  • Edad avanzada, por degeneración glandular.
  • Ambientes secos o con aire acondicionado.
  • Uso continuado de lentes de contacto.
  • Maquillaje frecuente o mal retirado.
  • Rosácea, piel grasa o dermatitis seborreica.
  • Falta de higiene ocular regular.

 

¿Cómo se diagnostica una blefaroconjuntivitis?

 

El diagnóstico se realiza en consulta oftalmológica, mediante una exploración con lámpara de hendidura. El especialista valorará:

 

  • Estado de los párpados y bordes palpebrales.
  • Aspecto de las pestañas y presencia de escamas o costras.
  • Funcionamiento de las glándulas de Meibomio.
  • Calidad de la película lagrimal.

 

En casos crónicos o complejos, puede indicarse un cultivo para identificar bacterias o parásitos, o pruebas específicas para descartar alergias o enfermedades de la piel asociadas.

 

¿Cómo es el tratamiento de una blefaroconjuntivitis?

 

El tratamiento de la blefaroconjuntivitis dependerá de la causa que la origina, por lo que es fundamental acudir al oftalmólogo para una evaluación personalizada. No existe una única solución válida para todos los casos, y un tratamiento inadecuado puede cronificar el problema o agravar los síntomas.

 

Entre las principales estrategias terapéuticas se encuentran:

 

Higiene palpebral diaria

 

Es la base del tratamiento, incluso en casos leves:

 

  • Aplicar compresas calientes durante 5 a 10 minutos.
  • Realizar masajes suaves sobre los párpados para favorecer el drenaje glandular.
  • Limpiar con toallitas oftálmicas o soluciones específicas para párpados.

 

 Colirios antibióticos o pomadas

 

En caso de infección bacteriana activa, se utilizan fármacos como eritromicina, tobramicina o gentamicina, en pomada o colirio, dependiendo de la zona afectada.

 

Tratamiento para Demodex

 

Si se detecta este ácaro, el oftalmólogo puede prescribir productos con aceite de árbol de té o ivermectina tópica.

 

Lágrimas artificiales

 

Son útiles para aliviar la sequedad ocular, mantener la superficie ocular hidratada y mejorar la sintomatología.

 

 Corticoides tópicos suaves

 

En inflamaciones severas, pueden indicarse durante períodos cortos, siempre bajo supervisión médica, para evitar efectos secundarios como aumento de la presión intraocular.

 

Antibióticos orales

 

Indicados en casos crónicos, rosácea ocular o cuando hay una disfunción importante de las glándulas de Meibomio. Tienen un efecto antiinflamatorio, además del antibacteriano.

 

Tratamientos complementarios

 

 

Cada paciente requerirá un plan específico, ajustado a su tipo de blefaroconjuntivitis, estado ocular general y enfermedades asociadas. Por eso, el seguimiento con el oftalmólogo es clave para evitar recaídas o complicaciones.

 

¿Se puede prevenir?

 

Sí, en muchos casos se puede prevenir o reducir significativamente la frecuencia de los brotes. Las siguientes recomendaciones son eficaces:

 

  • Realizar higiene palpebral incluso en ausencia de síntomas.
  • Evitar compartir cosméticos o usar productos caducados.
  • No dormir con maquillaje ni aplicar lápiz o sombra en la línea de agua.
  • Realizar descansos visuales frecuentes si se trabaja frente a pantallas.
  • Mantener una buena hidratación ambiental (humidificadores, evitar aire directo en los ojos).
  • Consultar al oftalmólogo al primer signo de irritación o cambios en los párpados.


Fuentes:

National Library of Medicine: Blepharoconjunctivitis.

Mayo Clinic: Pink Eye



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