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Enfermedades oculares


   28/01/2022


Uveítis: causas, síntomas y tratamiento





El término uveítis se emplea para designar la inflamación de la úvea, que es la capa media de las que forman el globo ocular (formada por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides). Pero ¿es una enfermedad crónica? ¿cómo es el tratamiento? ¿qué pasa si no se trata? ¡Te lo contamos a continuación!

 

 

¿Qué es la uveítis?

 

Generalmente se considera uveítis cualquier inflamación intraocular que ocurre entre la retina y la esclerótica (parte blanca del ojo).

 

La úvea es muy importante porque está formada por una gran variedad de vasos sanguíneos que llevan la sangre hacia dentro y fuera del ojo, por tanto, cualquier inflamación en la misma puede provocar daños en la visión.

 

La circulación de la cara anterior y posterior mantiene una relativa individualidad entre las partes por lo que puede establecerse la división entre uveítis anterior, que comprenderá la iritis, ciclitis y las formas mixtas (irodociclitis), y uveítis posterior que incluye las coroiditis. Solo las inflamaciones de la úvea anterior producen un ojo rojo.

 

¿Cuántos tipos hay?

 

Uveítis anterior o iridociclitis

 

Es el tipo más común de uveítis. Se presenta de forma repentina y asociada a enfermedades autoinmunes en pacientes sanos y jóvenes generalmente.

 

Puede ser unilateral (solo un ojo), y sus síntomas pueden durar hasta dos meses. Este tipo de uveítis anterior puede ser crónico o recurrente. Generalmente el pronóstico del tipo de uveítis anterior es bueno y los pacientes suelen recuperarse sin problemas.

 

 Uveítis intermedia o parsplanitis

 

Surge cuando la úvea está inflamada en el centro del ojo, entre el iris y la coroides. Pueden durar desde un par de semanas hasta años.

 

Es más habitual en hombres jóvenes y no se asocia a ninguna enfermedad aunque existe alguna relación con la enfermedad de Crohn y la esclerosis múltiple.

 

Uveítis posterior o coroiditis

 

Este tipo de uveítis se desarrolla muy lentamente y puede durar varios años ya que afecta a toda la parte posterior del ojo.  Si la afección llega a la retina esta uveítis se llama coriorretinitis. Además, puede asociarse a este tipo de uveítis cierta turbidez del humor vítreo.

 

La afección puede estar relacionada con alguna infección sistemática o enfermedades de tipo inmune.  El ojo no suele estar enrojecido y el paciente nota visión borrosa y moscas volantes por la turbidez del humor vítreo.

 

Si el foco de la inflamación afecta a la mácula también existir una pérdida importante de la visión.

 

moscas volantes

 

Panuveítis

 

Las inflamaciones en la totalidad del tracto uveal se conocen como panuveítis (endoftalmitis).

 

La uveítis en el embarazo

 

Si una embarazada se infecta por toxoplasma se pueden producir lesiones en la coroides y la retina llegando incluso a la destrucción de ambas capas.

 

Esto ocurre cuando el parásito se instala en el tejido nervioso de la retina en donde puede manifestarse en forma de quiste con reacción inflamatoria. Como consecuencia también pueden aparecer cicatrices en la retina.

 

Causas de la uveítis

 

 La uveítis es una patología ocular que suele estar relacionada con otras enfermedades o afecciones sistemáticas que afecta a nuestro cuerpo como:

 

  • Enfermedades reumáticas: artritis, enfermedad de Behcet o sarcoidosis.
  • Enfermedades infecciosas: turbeculosis, sífilis, toxoplasmosis, el virus del herpes Zóster, etc.
  • Espondilitis anquilosante.
  • Por el virus del VIH.
  • Enfermedad de Kawasaki (afecta a las arterias coronarias y se da sobre todo en menores de cinco años).
  • Psoriasis.

 

¿Cuáles son los síntomas?

 

Para la uveítis anterior, los síntomas son principalmente:

 

  • Dolor: es la manifestación dominante. Es de carácter agudo  y neurálgico ocular que se agrava con la exposición a la luz y la palpación. Puede asociarse también al lagrimeo.
  • Disminución de la visión: aparece desde los primeros momentos y se debe la exudación corneal, turbidez del acuoso y membrana pupilar o ciclítica.

 

Para la uveítis posterior, principalmente son:

 

  • No hay signos de dolor, por lo que suele pasar desapercibido para el paciente a menos que esté afectado el polo posterior en la zona de la región macular o que el cuadro tengan una gran intensidad.
  • Escotoma (zona de ceguera o punto negro): es la principal manifestación debido a la afectación de la retina subyacente con destrucción de fotoreceptores cuya nutrición depende de los vasos coroideos.
  • Turbidez de la visión por opacidad difusa del vítreo que puede acompañarse de miodesopsias debido a un desprendimiento de vítreo.
  • Metamorfopsia (visión distorsionada): cuando la región macular está parcialmente afectada.

 

Diagnóstico de la uveítis

 

El diagnóstico es con frecuencia difícil. Además, al estar relacionado con otras enfermedades sistémicas no se pueden aplicar todos los métodos de investigación posibles que puedan generar un innecesario trastorno al paciente.

 

Sin embargo, a través de un adecuado examen ocular y una anamnesis correcta (recopilación de datos en la historia clínica) se pueden encontrar agentes causales y centrar la investigación.

 

El examen ocular se realizará con lámpara de hendidura para determinar la existencia de inyección ciliar, sinequias posteriores, turbidez del acuoso y opacidad del cristalino.

 

Tratamiento de la uveítis

 

Uno de los principales factores a tener en cuenta en el tratamiento de la uveítis es tratar de minimizar la reacción inflamatoria. Para ello el especialista llevará a cabo el siguiente procedimiento:

 

  • Dilatación pupilar (midriasis) y cicloplejía durante la fase activa del proceso para mantener en reposo la musculatura que forma el globo ocular para calmar el dolor.
  • Tratamiento antiinflamatorio: sobre todo con corticoides aplicados tópicamente en las uveítis anteriores o por vía sistematica en las posteriores.
    También pueden administrarse vía subconjuntival aunque de ello debe encargarse siempre un oftalmólogo especializado. Los corticoides tópicos más empleados son la dexametasona y prednisolona, preferiblemente en colirio. Otros antiinflamatorios no corticoides son los salicilatos, la fenilbutazona o la oxifenbutazona.
  • Tratamiento antibiótico: principalmente indicado en las formas purulentas (segregación de pus). Se debe administrar de forma tópica, subconjuntival, sistemáticamente y, en algunos casos, por inyección intraocular.
  • Inmunosupresores: para aquellos casos más graves cuando el tratamiento anterior ha fracasado. Debe ser controlado por un hematólogo.
  • Intervención quirúrgica: en aquellos casos en los que surge alguna complicación por la inflamación intraocular como la catarata, el glaucoma o el desprendimiento de retina.

 

Prevención de la uveítis

 

La principal prevención de la uveítis es la detección precoz con una visita a consulta en la que especialista investigue la causa de la inflamación.

 

Consulta con tu oftalmólogo especialista y obtén más información sobre esta delicada patología ocular.

 



Fuentes:

Mayo Clinic: Uveítis. 

Academia Americana de Oftalmología: Uveítis. 

Medlines Plus: Uveítis. 



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